Padre,
Tú que eres
la fuente del amor,
has creado el mundo
con bondad y nos
has querido a tu imagen.
En esta hora de profundo dolor,
ten compasión de
toda la humanidad
que gime bajo el peso
de tanto sufrimiento…

Señor Jesús, nuestro hermano,
Tú que has venido al mundo
y has vivido entre nosotros,
Tú conoces nuestros sufrimientos,
nuestras necesidades y nuestros miedos.
Ten piedad de nosotros
y ayúdanos a llevar nuestra cruz.
Sin tu ayuda perdemos el coraje y
nos volvemos egoístas y sordos
ante el sufrimiento de
nuestros hermanos.

Espíritu Santo de Dios,
que estabas presente
en la creación del mundo,
ven a habitar en nosotros
en este momento de gran tribulación.
Consuela y alivia nuestros sufrimientos.
Haz de nosotros instrumentos de tu amor y de tu paz,
para que podamos, también,
amar, consolar, fortalecer y perdonar.
Amén.