El tiempo actúa de maneras muy incomprensibles. De hecho, tratar de comprenderlo es una tontería. Al tiempo solo hay que aceptarlo como la madre de la vida, la muerte y los cambios. Por eso, las personas no son las que cambian, lo que cambia son las circunstancias a través del tiempo y a partir de ello, las personas adaptan su carácter a lo que suceda, pero siempre serán las mismas. Las personas muestran los dientes y garras cuando tienen que hacerlo, cuando llega la hora de ello.
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